V Ciclo de Cine “La química en nuestras vidas” – 2015

Como es habitual, tratamos tres productos de absolu­ta actualidad, que sin la química no sería posible cono­cerlos ni seguir investigando sus enormes posibilidades de desarrollo.

– El carbón.

– El caucho.

– Las Nuevas Tecnologías.

Iniciamos el ciclo hablando del carbón, esa roca se­dimentaria tan unida a Asturias, compuesta principal­mente de carbono, nitrógeno, oxigeno, hidrogeno y azufre.

El carbono es el componente principal del mineral y pilar básico de la química orgánica que comprende más de 16 millones de compuestos hasta el momento.

Hoy día el grafito como carbono puro cristalino monoca­pa, bajo la denominación de grafeno, es una punta de lanza en tecnologías avanzadas de materiales con pro­piedades inimaginables, pero antracitas, hullas, ligni­tos y turbas seguirán siendo imprescindibles por muchos años para la humanidad.

Como segunda proyección temática presentamos el caucho. Es un material cotidiano en nuestras vidas, en forma de neumáticos, pero también como artículos impermeables, aislantes, llantas, prendas de vestir, protecciones y una larga lista omnipresente de objetos domésticos, industriales o militares como es el combus­tible de cohetes.

Es un polímero del isopreno, elástico, que se extrae como látex, en forma de una emulsión lechosa contenida en la savia de varias plantas. El caucho sintético fue produci­do en el laboratorio en 1879 por el químico Gustave Bou­chardat y su utilización supera ya al natural procedente de la savia de las plantas.

Finalmente abordamos como tercer tema genérico las nuevas tecnologías. Sin la química no podría fabricarse un solo ordenador en el mundo ni un solo teléfono móvil ya que es la ciencia que hace posible la existencia de los chips bien sean de silicio o de arseniuro de galio. Igual­mente que con los soportes magnéticos de policarbona­tos pantallas, carcasas, teclados y cableado.

Para recrear esta realidad traemos aquí una película de culto repleta de efectos especiales. Sin los computado­res, no existirían hoy día naves espaciales, ni tampoco los materiales que se enfrentan a las condiciones de na­vegación por el cosmos.

Como describe la película, en el año 1953 los humanos estábamos ingenuamente preocupados por una posible invasión extraterrestre de habitantes procedentes de Marte, planeta misterioso y posiblemente habitado por extraños seres.

Pues bien, 50 años después, se proyecta en estas fechas un film de estreno donde somos nosotros los humanos los que aterrizamos en Marte, un planeta que está desvelan­do a la ciencia química la naturaleza de su hasta ahora desconocida materia. Invita a la reflexión.

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