Río salvaje

Temática: Agua natural

Año: 1960

Director: Elia Kazan

Reparto

Montgomery Clift, Lee Remick, Jo van Fleet, Albert Salmi, Jay C. Flippen, James Westerfield, Bruce Dern, Barbara Loden

Sinopsis

América, años treinta. Chuck Glover (Montgomery Clift) es un agente de la organización del Valle del Tennessee, encargado de expropiar las tierras ribereñas, cuyos habitantes sufren con frecuencia los devastadores desbordamientos del río. El objetivo es, además de evitar catástrofes, construir una presa hidroeléctrica que garantice el progreso de la región. Pero ese proyecto exige la demolición de las viviendas de una pequeña población y la evacuación de sus habitantes. Y el caso más difícil de resolver es el de una mujer de 80 años (Jo Van Fleet), que se resiste con todas sus fuerzas a abandonar el hogar de sus antepasados. Mientras tanto Chuck se va enamorando de la nieta de la anciana, la bella Carol (Lee Remick).

Química y Sociedad

Un embalse es un depósito artificial en donde se almacenan las aguas de un rio o un arroyo, generalmente mediante una presa o un dique que cierra parcial o totalmente su cauce (la boca de un valle). En España también empleamos ocasionalmente el término pantano con el mismo significado.

La construcción de un embalse puede deberse a causas naturales como el derrumbe de una ladera en un tramo estrecho del río, o la acumulación de placas de hielo -y también puede ser realizado por el hombre; que edifica las presas. Estas construcciones pueden tener varias finalidades. (Cuando un embalse tiene más de un fin, se le llama de usos múltiples).

Uno de los propósitos de estas estructuras es la de regular el caudal de un río o arroyo, almacenando el agua en los períodos húmedos para utilizarlos después durante los períodos más secos, para el riego, para el abastecimiento de agua potable, para la generación de energía eléctrica, para la navegación o para diluir residuos o posos.

Otra finalidad de la presa es la de contener los caudales extremos de las crecidas.

También puede tener como objetivo generar energía eléctrica. El agua embalsada en la prensa cae por gravedad en una central hidroeléctrica, haciendo girar una turbina engranada a un alternador de energía eléctrica.

Por último puede tener un fin puramente lúdico para disfrutar de espacios de ocio y practicar deportes acuáticos.

Un embalse tiene una vida útil estimada entre 30 y 50 años, sin embargo, pueden alargarse mucho más. Dependerá, entre otras cosas de la degradación de la represa; la Sedimentación del embalse y su consecuente disminución del volumen o de la combinación de suelos empinados o lluvias intensas. El caso es que el tipo de suelo y el uso que se les da hacen que las tasas de erosión y sedimentación sean muy altas dependiendo de los lugares donde se construyen los embalses.

Pero… ¿Cómo podemos medir la disminución del volumen de una presa por la sedimentación? La forma más precisa es mediante estudios de batimetría. Se toman elevaciones del fondo del embalse para generar la topografía del fondo del mismo. De esta manera se determina el volumen disponible y se compara con la del diseño. Con el resultado se determina la capacidad existente y capacidad anual.

Los sedimentos se pueden y deben eliminar de la presa. La técnica utilizada dependerá de lo que sea más adecuado en cada momento. Así, por ejemplo, se pueden reducir los residuos controlando la erosión superficial de los suelos, o bien recurriendo al manejo hidráulico del embalse mediante el desvío de corrientes de agua turbia o de crecidas. También se pueden remover los sedimentos una vez depositados, o incluso manejar las consecuencias sin manejar el proceso de sedimentación como tal.

Los embalses tienen un importante impacto en el entorno; la mayoría de sus efectos son positivos, aunque también hay otros aspectos negativos, especialmente en países en vías de desarrollo.

Es importante que sí, se trata de un embalse de usos múltiples se establezcan las prioridades. Generalmente el abastecimiento de agua potable es la primera de la lista.

Entre otros aspectos positivos en el entorno está el control de inundaciones y la mejora de la calidad del agua tanto para el riego, como para el uso doméstico e industrial. Las presas, como antes mencionábamos, pueden generar energía eléctrica, una alternativa de bajo coste, no contaminante y, además, renovable.

Las presas tienen que contar con un sistema de mantenimiento adecuado. Si el terreno inundado tiene muchos árboles y no se limpia adecuadamente antes de llenarlo, la descomposición de esta vegetación agotará los niveles de oxígeno en el agua, afectando a la vida acuática, y causando grandes pérdidas de peces. Los habitantes del área inundada y los que viven en los terrenos aluviales tienen también que asumir los perjuicios de las obras y el desplazamiento involuntario hacia las áreas de reasentamiento.

En algunas zonas cálidas, los embalses aumentan la incidencia de las enfermedades relacionadas con el agua, tales como por la malaria o la esquistosomiasis. Con todo esto, tampoco hay que olvidar el beneficio que supone la demanda de trabajo para las obras, las mejoras en caminos cercanos y la provisión de energía, y la mejora en el transporte fluvial.

Las presas son también un recurso valioso en la lucha contra el fuego. La presencia de una gran masa de agua contribuye a suavizar el clima dependiendo de la temperatura del agua y del aire, de la salinidad del agua, del viento y de otros factores climáticos previos.

Los grandes y medianos embalses suelen ser aprovechados también para fomentar el turismo en la región.