Música y lágrimas

Temática: Música

Año: 1953

Director: Anthony Mann

Reparto

James Stewart, June Allyson, Harry Morgan, Charles Drake, George Tobias, Barton MacLane, Sig Ruman, Irving Bacon, James Bell, Kathleen Lockhart, Katharine Warren, Frances Langford, Louis Armstrong, Ben Pollack, Gene Krupa

Sinopsis

Glen Miller fue uno de los más famosos músicos de jazz de la “era del wing”. En 1925 empezó a tocar el trombón en una pequeña banda de provincias y, después de una gira por pueblos y ciudades, se instaló en Nueva York. Hasta allí llegó su novia para casarse. La boda fue una histórica sesión musical dirigida por el gran Louis Armstrong. A partir de entonces la carrera de Glenn Miller estuvo llena de éxitos.

Química y Sociedad

La Química está presente en todo lo que nos rodea. Su importancia es sustancial, aunque en ocasiones pase desapercibida para parte de la sociedad. Ocurre, por ejemplo, en los ámbitos artísticos, como la pintura, la arquitectura y la música. Es impensable por ejemplo la independencia de la música de la química. Gracias a esta ciencia, un instrumento puede sonar mejor o peor. Y es que un concierto es, al fin y al cabo, un conjunto de reacciones químicas que hacen que sintamos un sinfín de emociones increíbles al escuchar UNA MELODÍA.

En la fabricación de los instrumentos de cuerda, llevada a cabo tradicionalmente por los luthiers, tiene una importancia capital la calidad de la madera, y esta depende, a su vez del clima, la humedad y la altitud, entre otras variables, de los bosques de donde se extrae. Así pues, las propiedades químicas en la elección de una u otra madera determinarán la calidad del instrumento.

La química podría explicar parte el extraordinario sonido de los violines stradivarius, fabricados en el SXVII. Puede que en parte dicho sonido se consiguiera de forma casual al rociar la madera con insecticidas para evitar la carcoma.

Desde entonces hasta hoy, la química ha sido fundamental en el desarrollo y evolución de los instrumentos musicales que hoy conocemos. Hace varios siglos las cuerdas se fabricaban con materiales naturales, como intestinos de animales, lo que les hacía sensibles a la humedad y bastante quebradizos. Hoy en día, la mayoría de ellas se han sustituido por cuerdas metálicas, primero con aleaciones de hierro, luego con polímeros sintéticos como el Nylon y posteriormente con varias capas de polímeros naturales o sintéticos.

Para evitar la pérdida de resonancia de las vibraciones de las cuerdas, especialmente en las guitarras, desdelos años 90 se usa como material el politetrafuoretileno, más conocido por el nombre comercial de Teflón, que evita el deterioro en la calidad del sonido. Un polímero similar al polietileno en los que los átomos de hidrógeno han sido sustituidos por átomos de flúor.

Los instrumentos de viento usaron desde sus comienzos metales de bronce, plata y oro. Los modernos tienden a ser de latón, aleación de cobre y cinc y a veces galvanizados con plata níquel, oro y cobre. Finalmente, la percusión de cualquier material tiene su referencia, en las membranas de pieles de animales, adecuadamente curtidas mediante un claro proceso químico.

La musicalidad de un instrumento también depende de la conservación de las maderas y las cuerdas. Y esto se logra con el barniz, también fundamental, por ejemplo, en la conservación y restauración de obras de arte.

Distinguimos dos tipos básicos en la formulación de un barniz:

El primer tipo es el de los oleosos, que se preparan calentando conjuntamente la resina y el aceite. Aquí el proceso de secado se produce por oxidación y polimerización del aceite dando lugar a una película permanente e irreversible.

El segundo tipo es el de los barnices esenciales, que se consiguen con una disolución coloidal, o de más de una fase, de resinas naturales y disolventes orgánicos volátiles. en este caso, la película se forma por la evaporación del disolvente y produce una capa fina, elástica y reversible.

Las resinas naturales son primordiales en la formulación de los barnices porque forman películas transparentes duras e impermeables. son indisolubles en el agua y solubles en disolventes orgánicos como alcoholes, cetonas, esteres, hidrocarburos y algunos aceites. en estado sólido presentan una estructura amorfa y cuando se someten a una fuente de calor y aumenta su temperatura, no llegan a un punto de fusión, sino que se ablandan.

Por último, podemos hablar de otros materiales utilizados en la formulación de los barnices, bien como aditivos, disolventes o colorantes. En este grupo estarían los alcoholes, los aceites esenciales como la esencia de trementina, la de espliego o el alcanfor, los bálsamos, las ceras, entre ellas la de abeja, la secreción animal o los colorantes.

Los artesanos de los instrumentos utilizan tres tipos de barnices; los de aceite, los más tradicionales; los de alcohol, los más usados en las últimas décadas y los mixtos, que añaden al barniz tradicional de alcohol unas gotas de aceite esencial.

Para finalizar, resaltar un último apunte sobre el barniz.  Hay que considerarlo solo como la capa de protección de un instrumento musical para su musicalidad, sino también un elemento químico fundamental para su conservación ya que, como es el caso de los estradivarius, hablamos de ejemplares de altísimo valor histórico que, gracias a la capa que los recubre, han llegado en magnificas condiciones hasta la actualidad, para deleite de todo el que los contempla.