El vuelo del fénix

Temática: Transportes

Año: 1965

Director: Robert Aldrich

Reparto

James Stewart, Richard Attenborough, Peter Finch, Ernest Borgnine, George Kennedy, Ian Bannen, Dan Duryea, Ronald Fraser, Christian Marquand, Hardy Krüger

Sinopsis

Cuando un avión de carga se ve obligado a aterrizar en pleno desierto del Sahara debido a una tormenta de arena, la única esperanza de salvación para los viajeros es seguir las instrucciones de un proyectista de aviones alemán que les propone construir un aeroplano a partir de las piezas del avión averiado: el “Fénix”. En caso contrario, todos estarían condenados a morir de insolación o de inanición.

Química y Sociedad

A lo largo de la historia, la humanidad ha luchado constantemente por sobrevivir y mejorar su calidad y esperanza de vida, el agua potable, la higiene, los antibióticos y vacunas fueron utilizados para multiplicar el rendimiento de las cosechas.

Las nuevas tecnologías como internet mejoran nuestra forma de vida actual. Estamos más cerca y vivimos más y mejor y eso no sería posible sin la contribución de la química, a través del desarrollo industrial que proporciona soluciones pioneras y sostenibles para responder a los continuos desafíos de la sociedad, como por ejemplo  alimentar a los habitantes que poblarán la tierra en 2050.

Las enfermedades actuales y futuras o como frenaremos el cambio climático forman parte de los diecisiete grandes retos universales que recogen las Naciones Unidas en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible y en los que la química es una pieza clave.

La creciente demanda global de alimentos es una prioridad y para ello son necesarios nuevos métodos productivos más eficientes y sostenibles.
La agricultura inteligente y los smartphones, leer los cultivos mediante sensores, controlar el exceso de humedad, la erradicación de plagas importantes, son avances de la tecnología química para evitar la pérdida de cosechas y conservar el valor nutricional de los alimentos.
¿Y qué hay del agua? Nuestro planeta cuenta con grandes cantidades, pero solo el 0,5% es potable y la mitad de la población mundial sufre escasez. Los químicos aportan soluciones desde hace décadas para potabilizar el agua indispensable para poder consumirla sin contraer enfermedades, además, están incorporando nuevas tecnologías químicas para la desalación del agua del mar y la descontaminación y reutilización de aguas residuales y es que un futuro sostenible pasa necesariamente por el uso eficiente de los recursos.

La química apuesta por la economía circular, ya nada se usa y se tira, sino que se reutiliza.

También a partir de residuos orgánicos se pueden obtener productos como los bioplásticos que se degradan en contacto con el agua. Por otra parte vivimos en una sociedad totalmente dependiente de la energía un factor indispensable para cualquier actividad que imaginemos pero una de cada cinco no tiene acceso a la red eléctrica, que trabaja para generar y almacenar energías asequibles seguras y sostenibles proporcionando materiales innovadores que incrementan la eficiencia energética y su almacenamiento.
Además sin la química no sería posible desarrollar energías renovables ya que los paneles solares se basan en células fotovoltaicas fabricadas de silicio cristalino y ya se está desarrollando una nueva generación a partir de nanopartículas y polimerados y también es clave para el desarrollo de los biocombustibles de cuarta generación que actúan como verdaderos sumideros de carbono.

En los hábitos para la salud y la higiene la química juega un papel protagonista, enfermedades como la tuberculosis, la malaria, el ébola o el sida se han podido frenar con medicamentos y vacunas.
Los tratamientos más vanguardistas para paliar el dolor facilitan cada día la vida de muchas personas, ya somos capaces de fabricar materiales biocompatibles con nuestro organismo y la impresión 3D de órganos, vasos sanguíneos, piel humana o implantes tecnológicos es ya una realidad.

En el campo de la medicina personalizada será habitual el uso de biosensores para detectar enfermedades en estadios precoces.
Que se liberen fármacos solo cuando sea necesario, las prótesis electrónicas de retina a partir de grafeno podrán permitir recuperar la visión, pero no es la única tecnología que la química pone al servicio de las personas.

El big data, el internet de las cosas o la realidad virtual están revolucionando nuestra forma de vivir de relacionarnos con el entorno y creando nuevos hábitos de trabajo, y es el sector químico el que proporciona los materiales necesarios para generar todas estas nuevas tecnologías, la base de la cuarta revolución industrial.

Una revolución que revierte también en un transporte más inteligente y sostenible, hoy tres cuartas partes de los materiales utilizados en la fabricación de automóviles son productos químicos

Los medios de transporte actuales buscan la eficiencia energética y la protección medioambiental con materiales más ligeros motores de bajo consumo carburantes avanzados combustibles alternativos nuevos catalizadores y baterías más eficientes, soluciones que solo la química puede aportar.

En seguridad se han desarrollado materiales para proteger tanto al peatón parachoques de baja densidad como el ocupante del vehículo con airbag de alta resistencia.  En un mundo cada vez más urbano y superpoblado el reto de la construcción, edificios energéticamente eficientes y hogares más sostenibles, la química hace posible la fabricación de ventanas solares que generan electricidad, materiales aislantes de alto rendimiento o nuevos, como por ejemplo la fibra de carbono o el grafeno mucho más resistente y ligero que el acero.

En definitiva, un día sin química es un día sin agua potable, sin alimentos, sin electricidad, sin medios de transporte, la química proporciona las innovaciones para hacer del planeta un lugar más sostenible en el que vivir y avanza con un paso firme hacia logros ahora inimaginables y para ello es para lo que la investigación continúa.