El rey del tabaco
Temática: El tabaco
Año: 1950
Director: Michael Curtiz
Reparto
Gary Cooper, Lauren Bacall, Patricia Neal, Jack Carson, Donald Crisp, Gladys George, Elizabeth Patterson, Jeff Corey, Taylor Holmes, Thurston Hall
Sinopsis
El tabaco es el rey en los estados sureños norteamericanos durante la década de 1890. Brant Royle compra y vende tabaco, y en cantidades ingentes, tras haber levantado un imperio manufacturando cigarrillos. Pero su imperio está empezando a desmoronarse. Gary Cooper confiere una poderosa presencia física al personaje de Royle, cuyas ansias de riqueza y poder se alimentan con el deseo de vengarse del magnate (Donald Crisp) que años atrás llevó a su familia a la ruina. Otro deseo inflama el corazón de Royle: se siente atraído por la hija del magnate (Patricia Neal)… pero quizá ella se haya trazado otros planes. Lauren Bacall encarna a una elegante muchacha enamorada de Royle. Y Michael Curtiz (Casablanca) dirige la película con el vigoroso estilo que lo caracteriza, reflejando con acierto el ambiente sureño y la eterna ambición del ser humano.
Química y Sociedad
Hace veinte años sabíamos que fumar era malo para la salud. Hoy en día conocemos al menos una TREINTENA de enfermedades relacionadas directamente con el consumo activo y pasivo de tabaco. Es más, sabemos casi al detalle Y con porcentajes, los síntomas y consecuencias de sus efectos en nuestro organismo.
Nos sería casi imposible permanecer al margen de las campañas, informes, anuncios y spots que desaconsejan iniciarse o continuar con el llamado ‘vicio de fumar’. Ahora bien… ¿Por qué es tan malo el tabaco? ¿Qué nos hace consumirlo? ¿Por qué nos cuesta tanto dejarlo?… son preguntas que, al margen de las circunstancias personales de cada fumador, tienen su respuesta en la Química. Sabemos que un cigarrillo contiene nicotina y alquitrán… lo pone en la cajetilla. Lo que no sabemos es que hay casi 5.000 elementos químicos reconocidos a lo largo de la historia en el estudio de este producto.
Una cuantas se encuentran en la planta de tabaco y otras… y ahí está la clave… resultan de las reacciones químicas de esas substancias al encender el cigarrillo, ya que éste alcanza en el extremo temperaturas próximas a los mil grados centígrados.
Así pues esos cinco mil elementos químicos proceden tanto de la fase sólida como de la gaseosa, como de las partículas del humo del tabaco, al producirse esa combustión. Hablamos por ejemplo de monóxido y dióxido de carbono, amoniaco, benceno, anilina y acroleína, entre otros.
La mayoría de las substancias presentes en el humo y causantes del cáncer, se encuentran en la fase de partículas. Por ejemplo, el alquitrán es una mezcla de cientos de elementos químicos, y si bien faltan muchos por investigar, se ha demostrado que, al menos 20 generan tumores malignos. También es responsable del color amarillento que mancha los dedos y dientes de los fumadores.
La nicotina es la responsable de la dependencia y adicción. Actúa de forma inmediata sobre el organismo, aumentando la frecuencia de los latidos y la presión arterial. La sangre absorbe tan rápido esta substancia que llega al cerebro en aproximadamente diez segundos. Es entonces cuando los receptores cerebrales producen dopamina. Esta substancia química puede entonces actuar como refuerzo positivo o negativo del nervioso central, por eso podremos notar con un cigarrillo relajación, alivio de la tensión, la ansiedad, o la frustración y disminución del dolor. Para cristalizar la nicotina y hacer que se disperse mejor y más rápido por nuestro organismo-en definitiva, potenciar su efecto- se utiliza el cation amonio que aumenta el PH o la alcalinidad.
Muchos fumadores desconocen que el aditivo más común del tabaco no es otro que el azúcar, un tres por ciento del total del cigarrillo. Cuando el azúcar arde, se produce una nueva substancia química llamada acetaldehído que refuerza el efecto adictivo de la nicotina
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