El hombre vestido de blanco

Temática: Las fibras textiles

Año: 1951

Director: Alexander MacKendrick

Reparto

Alec Guinness, Joan Greenwood, Cecil Par¬ker, Michael Gough, Patric Doonan, Ernest Thesiger, Howard Marion-Crawford

Sinopsis

Sydney Stratton (Alec Guinness) es un jo­ven científico aplicado en el sector textil. Su objetivo es crear un tejido indestructible y que permanez­ca siempre limpio, pero al no lograr la confianza de ningún inversor su investigación se encuentra con muchos obstáculos. Cuando Sydney consigue con­vencer al empresario téxtil Alan Birnley (Cecil Par­ker) iniciará sus ensayos y logrará crear un primer prototipo de tejido que será confeccionado a su me­dida en forma de un reluciente e impoluto traje blan­co. Pero las buenas intenciones de Sydney chocarán frontalmente con los intereses de la industria, tanto de los directivos como de los trabajadores, convir­tiéndose en el blanco de todos ellos.

Química y Sociedad

Cuando pensamos en ropa, pensamos en moda… en pasarelas, colecciones y diseñadores famosos… Desde la televisión o las revistas nos muestran qué tipo de faldas, de sombreros o de abrigos se llevan, pero la industria textil es mucho más que eso.

La ropa, además de vestirnos según nuestro gusto, nos protege del frío, del calor, de la lluvia y del viento. Y sorprendentemente también lo hace de los virus, las bacterias, las balas y el fuego, porque la industria textil también fábrica los trajes que se utilizan en los quirófanos, los que se usan para evitar la exposición radiactiva, los uniformes ignífugos de los bomberos o los chalecos antibalas de los policías y soldados. Y todo ello se hace combinado los tejidos tradicionales con otros materiales creados por el hombre a través de la química.

El futuro en este campo es apasionante si pensamos en sus aplicaciones reales. De momento ya se trabaja en tejidos que nos permitan repeler las bacterias, el moho, los ácaros… o fibras que incorporan efectos desodorantes o perfumados a través de la liberación de fragancias… También se trabaja con tejidos que generan o almacenan calor, y con los que nos protegen de los rayos ultravioletas… Las posibilidades son enormes… Todo esto empieza a ser una realidad gracias al reciclaje y al estudio de las propiedades del algodón orgánico, el bambú, la soja o el maíz. Estos materiales se han ido abriendo paso ante las fibras tradicionales como el lino, la lana, el algodón o la seda y a otras más modernas como el rayón, el Nelson, el poliéster… las fibras artificiales más utilizadas hoy en día.

Para poder entender la diferencia entre una y otras fibras, debemos empezar por lo básico. Consideramos una fibra textil a cualquier material cuya longitud sea muy superior a su diámetro y que pueda ser hilado.

Las hay de tres tipos, las naturales, las artificiales y las sintéticas.

Las fibras naturales pueden ser de origen animal, como la lana de oveja, de cabra, de camello, de conejo, las sedas, del gusano de seda, o el cuero. También las hay de origen vegetal como el algodón, el lino, el esparto… Y de origen mineral, como el amianto, la fibra de vidrio, el oro y la plata.

El segundo grupo lo forman las fibras artificiales, que son las que se obtienen de un componente natural y un filamento artificial. Pueden ser proteicas, es decir, derivadas de proteínas animales, o de fibras vegetales, algínicas o celulósicas como el rayón.

Por último, están las fibras sintéticas, el futuro hacia donde se dirige la industria textil. Tanto la materia prima como la hebra o el filamento de estas fibras, han sido creadas por el hombre en un laboratorio. Son pura química. Provienen de diversos productos derivados del petróleo. Poseen varias características que las hacen únicas y singulares, como su larga duración y resistencia, su fácil cuidado doméstico y su adaptabilidad climática. Son calientes en verano y frías en invierno.

Se obtienen a través de dos procesos; según se obtenga la molécula. El primero es la polimerización por condensación, y con el obtenemos las fibras de poliamida y las fibras de poliéster. Dentro de las fibras de poliamida encontramos el Nailon, descubierto y patentado por la empresa Du Pont, y las Aramidas, que pueden llegar a ser cinco veces más FUERTES que el acero y altamente resistentes al calor. Las fibras de poliéster son muy duraderas y no necesitan planchado. Dentro de ellas tenemos varios tipos; el PET o tereftalato de polietileno, muy utilizado en la industria para hacer film plástico o botellas, y conocido como tergal en el sector textil. El PLA o poliácido láctico que tiene propiedades similares al rayón o el PTT que proporciona suavidad, elasticidad y resistencia a las arrugas.

El segundo proceso de obtención de fibras sintéticas es el de polimerización por adición con el que logramos las fibras acrílicas, las poliolefinas y los elastómeros.

Las fibras acrílicas imitan a la lana o al pelo, son duraderas, resistentes, se tiñen con facilidad y aportan mucho brillo. Las fibras de poliolefinas se obtienen tras disolver o fundir plásticos y con ellas obtenemos por ejemplo alfombras, tapicerías, césped artificial, cuerdas, ropa interior térmica… Las fibras de elastómeros aportan mucha elasticidad, y se usan para fabricar ropa de baño, interior o artículos deportivos.

Esto es el presente de la industria. El futuro va camino de ser tan formidable como la imaginación y la ciencia puedan abarcar. Basta con mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de todo lo que conforma el campo textil. Materiales útiles en poco tiempo, responderán a nuestras inquietudes y quizás, interpreten nuestros sueños…