El hijo de la novia

Temática: Degeneración cerebral

Año: 2001

Director: Juan José Campanella

Reparto

Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Verbeke, Eduardo Blanco, Gimena Nóbile, Claudia Fontán, David Masajnik, Atilio Pozzobon, Salo Pasik

Sinopsis

Rafael Belvedere (Ricardo Darín) es un hombre de 42 años que acaba de heredar el restaurante de su padre. Abrumado por las responsabilidades empieza a estar cansado de tener tan poco tiempo para él. Está divorciado y tiene una madre con Alzheimer a la que ve muy poco, ya que dedica su vida entera al restaurante. Tampoco tiene tiempo para hacer grandes amistades ni para comprometerse con su novia Naty (Natalia Verbeke). Un trágico día Rafael sufre un ataque al corazón, lo que le lleva a replantearse su vida y, sobre todo, a tomársela con más calma. Además, su padre ha tomado la ilusión de cumplir el sueño de su mujer y casarse por la Iglesia.

Química y Sociedad

Las enfermedades degenerativas del cerebro están a la vuelta de la esquina.  Si, está menos lejos de lo que imaginamos en la juventud. Sería muy extraño encontrar a alguien que no haya observado o parecido entre sus familiares y amigos, la manifestación de algún síntoma evidente de generación sensorial. Hay que tomárselo en serio y no dejarlo ajeno.

 

Ser viejo o joven empieza a ser casi indiferente, porque cuando le detectan una enfermedad neurodegenerativa, los avances de la ciencia actual ya permite saber que esa degradación había comenzado a instalarse en su cuerpo al menos dos décadas antes. Y el remedio para evitarla ya llega tarde. Tenía que haber comenzado la lucha cuando era más joven, cuando vivía alegre y confiado hace 20 años. Ahora lo sabemos.

 

Este tipo de dolencia afecta principalmente a las neuronas del cerebro humano, produciendo su degeneración progresiva o muerte. Para su tranquilidad les diremos que tenemos muchas, aproximadamente cien mil millones. Pero empecemos por el principio.

 

Las neuronas son un tipo de célula que transmite información a través de impulsos nerviosos químicos y eléctricos desde un lugar del cuerpo a otro. Normalmente, no se reproducen ni se reemplazan por lo que el organismo no puede sustituirlas por otras cuando sufren daños.

 

Si el deterioro afecta a las neuronas encargadas de las funciones motoras, las que producen la contracción de la musculatura, tendremos ataxias, es decir problemas con el movimiento. Si en cambio el daño se produce en las neuronas con función sensorial, las que reciben información del exterior como el tacto, al gusto o la visión y la trasladan al sistema nervioso central, tendremos demencias, es decir, problemas con el funcionamiento mental. Estas últimas, son las causantes de la mayor carga de la enfermedad y el Alzheimer representa el 60 ó 70 por ciento de los casos.

 

En el organismo casi todo son proteínas macromoléculas formadas por cadenas lineales de aminoácidos. Todas tienen carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno y casi todas poseen también azufre. Pues bien, Aquí está la clave, todavía sin solución, del problema.

 

La causa de la muerte de las neuronas la produce la acumulación de proteínas beta amiloides, que tienden a pegarse entre sí en zonas determinadas del cerebro llenas de estas células neuronales. Estas acumulaciones anómalas de la proteína beta amiloides formando agregados de distinto número de moléculas se llaman fibras amiloides y son el componente básico de las placas que se detectan en los enfermos.

Para que los químicos puedan diseñar un nuevo fármaco que impida la acumulación de esas proteínas es muy importante conocer la estructura de la molécula, es decir, la disposición de los átomos que forman la molécula de fibra y van a Interaccionar con nuestro fármaco.

 

Conviene destacar aquí que la información genética determina que proteínas tiene una célula, un tejido y un organismo. De ahí la tremenda importancia de seguir investigando en el campo genético. Aquí la química es fundamental para diseñar biomarcadores especializados y trabajar con las técnicas más avanzadas de neuro imagen como la tomografía por emisión de positrones para observar la presencia y extensión de acumulación de proteína tau y beta amiloides con radiotrazadores y la resonancia magnética cerebral para detectar atrofias o lesiones vasculares.

 

Mientras llega el ansiado fármaco inhibidor debemos procurar dormir bien. No crean que es un tópico. Las proteínas tóxicas que se acumulan en el cerebro son eliminadas de forma natural mediante el sistema linfático formado por una red de canales ubicados entre las neuronas. Durante el sueño, las neuronas se contraen permitiendo que estos canales interneuronales se expandan hasta un 60 por ciento. Por estos conductos ensanchados pueden entonces fluir las proteínas tóxicas nocivas que serán eliminadas del cerebro.

 

Hoy sabemos que la formación de esa especie de madejas o pliegues que se forman en el tejido cerebral provocan la destrucción de las neuronas, aunque todavía no sabemos su causa. Desconocemos que origina esa enfermedad muchos años antes de que se manifieste y la podamos diagnosticar.

Hay un dicho popular que dice que la muerte está tan segura de ganar que nos deja toda la vida de ventaja. Es simple y cierto. Pero pongámoselo difícil. Descansen, duerman, no se estresen y sean felices.