Chocolat

Temática: La gastronomía

Año: 2000

Director: Lasse Hallström

Reparto

Juliette Binoche, Johnny Depp, Judi Dench, Alfred Molina, Lena Olin, Peter Stormare, Carrie- Anne Moss, Leslie Caron

Sinopsis

A Lansquenet, una población francesa muy tradicional, donde nada ha cambiado en los últimos cien años, el Viento del Norte trae consigo a dos fo­rasteras: Vianne Rocher (Juliette Binoche) y su hija Anouk (Victoire Thivisol). Vianne inaugura una cho­colatería repleta de dulces capaces de despertar los ocultos apetitos de los habitantes del pueblo. Posee, además, un don especial que le permite percibir los deseos de los demás y satisfacerlos con el dulce exacto.

Química y Sociedad

Cuando vamos a un restaurante, miramos con atención la carta del menú para ver qué es lo que deseamos pedir al camarero. Pero… ¿Qué pasaría si en ella apareciera escrito, por ejemplo proteínas desnaturalizadas, aminoácidos, celulosas o colesterol… como primer plato? ¿Y lecitina, hierro, fósforo, magnesio, zinc y riboflavina de segundo? Nos quedaríamos atónitos. Y más aún al saber que se trata simplemente de huevos revueltos con queso, cebollas y tomates y un filete de ternera. Sabiendo esto, ya no nos sorprendería que si pedimos un vaso de leche y una manzana nos traigan lactosa, caseína, calcio y fósforo- entre otros. Y es que en estos tiempos en los que está tan de moda la restauración y la alta cocina lo cierto es que la materia prima y sus derivados, es decir, la comida, es PURA QUÍMICA.

Solamente en el jugo de una cáscara de naranja hay 42 sustancias químicas diferentes, incluyendo alcoholes, aldehídos, esteres e hidrocarburos.

Uno de los alimentos de gran consumo con cientos de substancias químicas, y con unas propiedades nutritivas y saludables indiscutibles es el chocolate. Además de su irresistible aroma y sabor cuenta con el efecto antioxidante de sus compuestos polifenólicos y con el efecto estimulante de sus alcaloides; la teobromina, su cafeína y su anandamida. Todas ellas activan el sistema nervioso y aportan además propiedades tonificantes, diuréticas y antineurálgicas. Una auténtica dosis de bienestar.

El chocolate es saludable porque protege el corazón, evita la disfunción endotelial, y dilata las arterias. Cabe señalar que este descubrimiento de los aztecas no incluye el denominado chocolate blanco, que tan sólo es grasa de cacao con leche y azúcar y por tanto no goza de las propiedades del auténtico chocolate.

Los buenos cocineros tienen conocimientos de química, conocen la riqueza y complejidad de las materias primas y experimentan con ellas. En una cocina se puede calentar, emulsionar, sazonar, freír, destilar… hasta conseguir las reacciones químicas y las trasformaciones moleculares deseadas como si de un laboratorio se tratase. Gracias a algunas de estas operaciones bioquímicas hemos conseguido crear decenas de cervezas, panes, quesos o vinos diferentes. Al modificar las estructuras moleculares, los alimentos hoy en día se digieren más fácilmente y también se conservan mejor ya que se ha logrado mantener sus propiedades nutritivas durante más tiempo.

Estamos en la llamada era de la cocina molecular, experimental o de vanguardia. Una cocina que no se limita sólo al disfrute del paladar en la mesa sino al avance de la civilización en cuanto al aprovechamiento de los recursos alimentarios. Estamos hablando por ejemplo de lograr que una cosecha obtenga el máximo rendimiento y no se eche a perder por una plaga o que los alimentos se conserven durante más tiempo en aquellos lugares donde escasean. O que el estudio de los alimentos nos permita combatir enfermedades con sus propiedades y llevar una vida más saludable.

Precisamente, La química de los alimentos estudia los procesos e interacciones existentes entre los componentes biológicos y no biológicos que se dan en la industria cuando se manipulan alimentos. Un desafío apasionante para el presente y el futuro que cuenta con el inestimable impulso de una sociedad ávida de nuevas sensaciones en un tiempo donde la proliferación de restaurantes con todo tipo de comidas ya no sorprende a nadie. Y un reto crucial en un mundo dividido en dos; los que padecen obesidad y lo que se mueren de hambre.