Fernando Rubiera es profesor de investigación del Incar (Oviedo)
MANUEL C. CACHAFEIRO Diario de Leon 18 de junio 2023
Los yacimientos de metano de capa de carbón agotados pueden ser los mejores candidatos, según los investigadores norteamericanos. Esas vetas contienen gas natural no convencional como el metano y se han convertido en una importante fuente de energía de combustibles fósiles en las últimas décadas. El metano se adhiere a la superficie del carbón, en un proceso llamado adsorción.
«De manera similar, inyectar hidrógeno en el carbón haría que ese gas absorbiera o se adhiriera al carbón. Estas formaciones a menudo tienen una capa de esquisto o lutita en la parte superior que actúa como un sello que mantiene el metano, o en este caso el hidrógeno, sellado hasta que se necesita y se bombea de nuevo», se explica en el artículo publicado en Estados Unidos.
Salvando todas las distancias técnicas, los investigadores lo que quieren decir en ese artículo es que el carbón es como una esponja que puede contener muchas más moléculas de hidrógeno en comparación con otros materiales que no son de carbono.
Otra aspecto interesante de la investigación es que la antracita es la mejor posicionada.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico lanzó hace unos meses una Manifestación de Interés orientada a identificar proyectos de I+D+i que impulsen el desarrollo de tecnologías de hidrógeno verde y almacenamiento energético adecuadas para ser implantadas en el Centro de Desarrollo de Tecnologías de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden).
La convocatoria estuvo dirigida a todos los agentes interesados para proponer sus proyectos asociados a la cadena de valor completa del hidrógeno verde y al almacenamiento energético, así como para identificar aquellos que mejor se adecúen a las capacidades del Centro de Desarrollo de Tecnologías, «teniendo en cuenta que Ciuden será el promotor de estos proyectos y que serán ejecutados en dichas instalaciones». Poco más, se sabe hasta ahora de los proyectos.
—En todo este tema del carbón y el hidrógeno verde, me imagino que estamos hablando de una investigación en pañales, por así decir.
—Hablaríamos de investigación incipiente. Ya existen artículos previos avanzando esa posibilidad. Pero hay que tener en cuenta que es un estudio a nivel de laboratorio, con muestras de 50 gramos y moliendo las muestras (0.177–0.354 mm). Es decir, todavía quedaría muchísimo camino por recorrer si ese almacenamiento fuese factible, si bien a priori no se deben descartar esta u otras posibilidades de almacenamiento de H2.
—¿Qué papel está jugando España y el Incar en estos avances?
— No tengo conocimiento de ningún estudio o proyecto para el almacenamiento de H2 en vetas de carbón en España. Lo que sí ha habido son un amplio número de proyectos, publicaciones, estudios científico-técnicos sobre el almacenamiento de H2 a pequeña escala en tanques comprimidos para aplicación, por ejemplo, en el transporte de vehículos o estaciones portátiles de carga, utilizando materiales como carbones activados, MOFs (metal organic frameworks), metales, hidruros, grafeno, etc., sin necesidad de emplear temperaturas criogénicas y a presiones más bajas que en botellas comprimidas.
En el Incar se han desarrollado proyectos, presentado tesis y artículos sobre el almacenamiento de H2 fundamentalmente en carbones activados, aunque también en otro tipo de materiales adsorbentes. En este sentido los grupos del Incar estarían en excelente posición para la caracterización de carbones con vistas a un hipotético almacenamiento de H2 en yacimientos de carbón.
— El carbón parecía ya un mineral ‘sin futuro’. ¿Tiene futuro el carbón de Asturias, de León, del Bierzo a largo plazo?
— En estos momentos no se vislumbra siquiera un futuro para el carbón español. El carbón que se utiliza como combustible en España es importado (por ejemplo, central de Aboño en Gijón). O en el caso de acontecimientos inesperados (guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética) el carbón que se utilizó en la central de As Pontes, que volvió a ponerse en marcha con motivo de esa crisis, es importado (también lo era anteriormente). Igualmente es importado el carbón destinado a siderurgia. En el caso concreto del almacenamiento geológico de H2 se están explorando alternativas diferentes a yacimientos de carbón como por ejemplo las cavernas de sal.
— ¿Tienen medios suficientes los investigadores?
—Esta cuestión es muy genérica y la respuesta genérica es que cuanto más se invierta en investigación (e investigadores) mejor será el futuro de un país. Los investigadores nos referimos al hashtag que se ha hecho popular entre la comunidad investigadora: hashtag #SinCienciaNoHayFuturo. En el caso concreto del almacenamiento geológico de H2 existen investigadores con amplios conocimientos en la caracterización de materiales porosos tanto en el Incar como en otros institutos del CSIC y universidades. O en el caso de la caracterización de formaciones geológicas se encuentra el IGME-CSIC. Pero es indudable que hay que proporcionar los medios para la caracterización de los yacimientos específicamente con vistas al almacenamiento de H2. Un ejemplo similar sería la caracterización (pendiente) de los más de 100 yacimientos acuíferos salinos identificados en España (continental) con vistas al almacenamiento geológico de CO2.
— ¿Cómo sería ese escenario de futuro a largo plazo? ¿Reabrirían minas? ¿Sería muy poca la cantidad que se necesitaría para las baterías?
— No sería utilizar el carbón para baterías. El artículo se refiere al almacenamiento de H2 en yacimientos de carbón como «una batería de H2» en el sentido de que ambos batería y yacimiento se usarían como almacenamiento de energía, en el caso del yacimiento de carbón sería almacenamiento de energía en forma de H2, en el caso de la batería en forma de energía electroquímica. Pero no implicaría en ningún caso la apertura de minas con vistas a la extracción de carbón.